Impacto economico del turismo en españa

Tendencias y políticas turísticas de la OCDE 2020
El turismo también conlleva consecuencias positivas y negativas para la salud de la población local[6]. Las repercusiones negativas a corto plazo del turismo en la salud de los residentes están relacionadas con la densidad de llegadas de turistas, el riesgo de transmisión de enfermedades, los accidentes de tráfico, el aumento de los niveles de delincuencia, así como la congestión del tráfico, las aglomeraciones y otros factores estresantes[7]. Además, los residentes pueden experimentar ansiedad y depresión relacionadas con sus percepciones de riesgo sobre las tasas de mortalidad, la inseguridad alimentaria, el contacto con turistas infectados, etc., lo que puede tener consecuencias negativas para su salud mental[8], Al mismo tiempo, el turismo tiene efectos positivos a largo plazo sobre la salud y el bienestar de los residentes, ya que mejora el acceso a la atención sanitaria, las emociones positivas, la novedad y las interacciones sociales[6].
Alrededor de 1400 millones de personas visitaron otro país en 2019, y el gasto de los turistas contribuyó con alrededor de 1,45 billones de dólares a la economía mundial. Europa es, con mucho, la región de origen y llegada dominante para los turistas, con el 51% de las llegadas y el 48% de los viajeros en 2019[9].
¿Cómo afecta el turismo a la economía española?
El turismo es un sector económico clave en España y aporta alrededor del 11% del PIB a la economía nacional, cifra que se calcula que aumenta hasta el 15,2% si se incluyen también los impactos indirectos (WTTC). El turismo es también una importante fuente de empleo, con 2,2 millones de personas empleadas en las industrias turísticas, es decir, el 12,7% del empleo total.
¿Qué importancia económica tiene el turismo en España?
El turismo es uno de los pilares de la economía española y un destacado motor de desarrollo social. Representa el 11,1% del PIB y el 13% del empleo.
¿Cómo afecta el turismo a España?
La contribución directa del turismo al Producto Interior Bruto (PIB) oscila entre alrededor del 2% y más del 10% (OMT, 2019), y fue del 10,4% a nivel mundial en 2019 (WTTC, 2021b). España se encuentra en el límite superior de este rango, ya que el turismo supuso directamente el 12,4% del PIB y el 12,7% del empleo total en 2019.
Índice de competitividad turística
Si se suman los efectos anteriores, podría pensarse que el turismo masivo a lugares de playa es algo desastroso. Pero, en realidad, sólo es desastroso si las instalaciones turísticas se construyen indiscriminadamente, sin ningún control y sin tener en cuenta la naturaleza y el medio ambiente. En otras palabras, si los alojamientos se construyen siguiendo unas líneas medioambientales claras y si hay depuración de aguas residuales, buena eliminación de residuos, buen transporte público y similares, entonces el turismo de masas no tiene por qué ser malo. Es mejor una ciudad compacta como Benidorm, con buenos servicios y etiquetas ecológicas, que una expansión fragmentada e incontrolada. El desarrollo del turismo sostenible no debe empezar en una isla remota del Pacífico Sur, sino en Mallorca, donde acuden muchos millones de turistas al año.
Calviá, localidad costera de Mallorca con 60.000 camas y más de 11 millones de pernoctaciones al año, puede calificarse con razón de destino turístico de masas. Para garantizar que este destino siga siendo atractivo en el futuro, los gobiernos y las empresas de Calviá han adoptado conjuntamente todo tipo de medidas bajo el lema de la Agenda 21 Local (A21L). Anteriormente, este destino se centraba sólo en la temporada alta, lo que hacía que la presión sobre los recursos naturales fuera demasiado alta. El empleo también se limitaba a la temporada turística. Con la herramienta de gestión de la A21L se tomaron medidas para atraer turistas en temporada baja. Ahora Calviá puede contar con un 15% más de turistas en la temporada de invierno. Hay cinco depuradoras, por lo que el agua del mar se mantiene limpia. La playa y el mar tienen, por supuesto, bandera azul, símbolo de playas y puertos limpios y respetuosos con el medio ambiente. Se están demoliendo viejos hoteles empobrecidos que ya no tienen demanda y se están sustituyendo por otros más lujosos, para atraer al turista de calidad. Se está restaurando la naturaleza y el ayuntamiento intenta llegar a un alto en la construcción en consulta con los municipios locales y las demás islas de Baleares.
Llegadas de turistas España
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El turismo en España es un importante contribuyente a la vida económica nacional, contribuyendo a alrededor del 11,8% del PIB de España (en 2017).[1] Desde los años 60 y 70, el país ha sido un destino popular para las vacaciones de verano, especialmente con un gran número de turistas procedentes del Reino Unido, Irlanda, Turquía, Francia, Alemania, Italia, Benelux y Estados Unidos, entre otros. En consecuencia, la industria turística extranjera de España ha crecido hasta convertirse en la segunda más grande del mundo[2].
En 2019, España fue el segundo país más visitado del mundo, registrando 83,7 millones de turistas, lo que supuso el séptimo año consecutivo batiendo récords[3][4][5] Debido a la pandemia del coronavirus, en 2020 solo visitaron España 18,9 millones de turistas. Estas dramáticas cifras son devastadoras para el sector turístico y reflejan el que será el peor año para esta industria en términos de ingresos jamás registrado[6]. Sin embargo, en 2022 la industria se había recuperado en su mayor parte, con 71.659.281 turistas internacionales y en aumento[7].
España pib turismo
La década de 2010 fue el momento de esplendor del turismo español. En 2019, tres de los cinco principales destinos turísticos de Europa eran españoles (noches pasadas en alojamientos turísticos), y el sector turístico del país tenía un valor de 200.000 millones de dólares, el 14,3% del PIB nacional.
Las empresas podrían intensificar sus esfuerzos de digitalización y explorar más colaboraciones intersectoriales. Los gobiernos locales podrían desempeñar un papel más proactivo en la gestión del turismo, empleando medidas para promover el atractivo de los destinos, fomentando la colaboración intersectorial, y volviendo a capacitar y reciclar a la mano de obra del sector turístico. Aunque los debates en torno a algunas de estas ideas son anteriores a la pandemia, puede que por fin haya llegado el momento de ponerlas en práctica.
Aunque los efectos de la pandemia distan mucho de haber terminado, están surgiendo una serie de ideas. Si se mantienen las tendencias actuales, el sector turístico español tardará años en recuperarse por completo, y la devastación económica que ha afectado más duramente al sector se filtraría al resto de la economía. También sería un momento de transformación para el sector. Cuando el turismo regrese (y con fuerza, esperamos) es probable que el perfil de la industria turística española haya cambiado estructuralmente a medida que el país sale de la crisis, con segmentos como el MICE (reuniones, incentivos, conferencias y exposiciones) y las actividades de viajes en grupo perdiendo protagonismo.